Lo que no se quema.

Espacio de conversación política sobre el futuro de Chile

Published Monday, August 07, 2006 by Jose Parada | E-mail this post

Un incendio afectó unos de los laboratorios de la Universidad de Chile, Jorge Mpodozis uno de los directores del Laboratorio de Neurobiología dijo: “A medida que pasa el rato, uno piensa más lo que perdió. Me siento lisiado. Mi vida se transforma completamente, perdí parte de mi cuerpo, de mis habilidades, de mis posibilidades de hacer cosas. Es una sensación espiritual: el compromiso de uno con los demás y la vida se van.”
Detrás de este relato de dolor existe una forma de ver el mundo personificando una profesión, las palabras del Profesor Mpodozis solo pueden tomar una cuota de esperanza por medio de la declaración de un hombre capital dentro de los laboratorios de esa casa de estudios y de la ciencia mundial. El Doctor Maturana da pie al espíritu de reconstrucción que los alumnos se comprometieron en llevar a cabo, pero no solo eso hacen sus palabras, él pone el acento en lo verdaderamente importante de cualquier actividad humana. El consuelo constructivo de Maturana fue: “Lo principal está en el corazón y la mente, eso no se quemó.”

1 Responses to “Lo que no se quema.”

Anonymous on 3:40 PM

Lo que no se quema es, en definitiva, lo que queda; y si lo que queda no responde a nuestra esperanzas, senrtimos tristeza.
Ligamos en todo momento nuestras proyecciones, presente y pasado a nuestros sentimientos expresandonos a nosotros mismos lo que querríamos que fuera (nosotros y el entorno) y lo que creemos que es... ahí está la cuestión: ¿qué es lo que queremos que sea y qué es lo que creemos que es?
Como bien dice Maturana, lo principal está en el corazón y la mente, eso no se quema porque mientras seamos concientes y tengamos lenguaje siempre nunca se quemarán. Debemos entonces enfrentarnos a la exploración con cada nuevo acontecimiento que no queman la esencia, pero si cáscaras que determinan esperanzas y visiones muchas veces erradas...

Ya, mucho bla... Interesante como siempre che.

Saludos y sigue escribiendo!

Fernando Cabrera