El crecimiento económico esta medido por el Producto Interno Bruto y a pesar de que para algunos la noción del PIB corresponde más a unos cálculos de contabilidad pública que al real crecimiento de la economía, lo cierto es que hoy el PIB es la principal variable macroeconómica que suministra la información necesaria para que los expertos le midan el pulso a la economía.
En Chile el Banco Central ha determinado (jueves 14 de septiembre) un crecimiento del PIB 2006 entre un 4,75% y un 5,25%, siendo las proyecciones en enero de un 5,25% a un 6,25%, sin embargo los expertos estiman que el "frenazo" de la economía es transitorio. Pero el discurso resultante del análisis de las proyecciones macroeconómicas es pensar en reformas estructurales para generar un crecimiento que sea consecuente con las actuales condiciones económicas.
Como solución, es frecuente escuchar: "flexibilidad laboral", que no existan tantas trabas para que las empresas puedan contratar y descontratar empleados, de esta forma la empresa podría enfrentar de mejor forma un ambiente recesivo. Pero me gustaría contrastar esta idea con una declaración del presidente del Banco Central, Vittorio Corbo, quien sostiene que para dar un salto en el crecimiento hay que mejorar el Capital Humano. Es importante aquí como por medio de estas dos premisas se puede ir dibujando un poco la ruta para enfrentar el panorama económico que determinan los fríos indicadores.
Pero antes voy a contar a grandes rasgos el "Caso Irlandés": Irlanda se ha convertido en un paradigma del crecimiento, a inicios de los ochenta tenía altos niveles de inflación, una inestabilidad fiscal consecuente con el alto nivel de gasto del Gobierno y altos impuestos que limitaban la libertad económica, lo que daba como resultado un crecimiento de un 1,9%. Al inicio de los noventa, la contracción del nivel en el gasto público, como respuesta de la crisis fiscal, aumentó la libertad económica. Este aumento de la "libertad económica" seria lo que causó el crecimiento de Irlanda, para hacerla pasar de un 1,9% en 1986 a un crecimiento de un 9,66% de 1996 al 2000.
El Dr. Randall G. Holcombe, presenta uno de los postulados que dan justificación a la idea de "libertad económica". El Profesor Holcombe dice que cuando se ve al empresario como el motor del crecimiento, se enfatiza en crear un ambiente dentro del cual se crean oportunidades para la actividad empresarial. Siguiendo a Holcombe, un ambiente institucional que estimula la “empresarialidad” es lo que atrae al capital humano y físico, de ahí que la inversión y el crecimiento están estrechamente correlacionados.
Un cambio estructural que permita empresas con mayor movilidad, crea un prejuicio y un temor de ciertos sectores, que es entendible, pero que tendrá que ser redefinido, porque las demandas de una seguridad en el empleo están obsoletas. Los trabajadores no deberán pedir a las empresas que le asegure empleos duraderos, sino que su demanda tendrá que ser que ese trabajador siga siendo empleadle en el futuro. Flexibilidad laboral y capital humano para una consecuente libertad económica. No solo es necesario redefinir la empresa como la potencialidad y el corazón de la economía, sino que también se debe redefinir el concepto de empleo y de un trabajador que adapta su empleabilidad a un mundo cambiante.