Hace unas semanas atrás un compañero de trabajo, frente a una situación de cambio de planes, me comento: “tenemos que ser capaces de vivir en un mundo cambiante”, con el fin de darme animo frente a un quiebre. Pero no fue hasta hoy, o al menos hasta hace un par de horas atrás que me hizo bastante sentido esta frase.
La vida o más bien “lo que hacemos mientras pensamos en lo que haremos mañana”, se encuentra llena de cambios, quiebres, descubrimientos, asombros y reestructuraciones. Vivimos en un mundo cambiante, que cada vez exige un mayor dinamismo y flexibilidad, ante el mundo laboral, educacional, y emocional. Pero realmente que complicado se hace vislumbrar e interpretar el dinamismo y flexibilidad, cuando en lo cotidiano solemos vivir con la ilusión de tener un futuro cercano asegurado.

La vida en la mayoría de las ocasiones nos sonríe sin cesar, nos da motivos suficientes para aprender, crecer y comprender que en cada situación nos encontramos de paso, que el arriesgarse, exponerse y el “atrevernos a cruzar el río” están a un paso, que no depende de otros, que uno de los momentos mas ricos y valorables de cada momento consiste en vivir esa “constante tensión” que nos brindan esos momentos.

Es por esto y por el compromiso existencial de hacer de Chile un país mejor, en política, educación, economía, y amor, que debemos amarrar este sentimiento a lo mas profundo de nuestro ser. La vida es un préstamo que por gracia de nuestros padres ó de Dios, la poseemos y debemos aprovechar al máximo las garantías que esta nos brinda, sin derecho a reservas u ahorros temporales.

Comprendiendo entonces que cada momento es un préstamo valiosísimo, es que no debemos guardar mesura con absolutamente NADA. Cada momento trae consigo sillas…



Sillas que más de una vez nos invitaran a sentar y a dudar (como alguna vez mi querido compañero y amigo Felipe Contreras me ayudo a comprender), pero lo hermoso de vivir es entender que todo momento “difícil o complicado” es un desafió, una lección, y concretamente un mundo de oportunidades, donde nos enfrentaremos a la encrucijada de crecer ó animarnos a decrecer.